En una vivienda ubicada en Chiclana de la Frontera (Cádiz), la Guardia Civil, capturó a un grupo de personas que pertenecían a una secta que practicaba ritos satánicos en los que sacrificaban animales y extorsionaban a incautos que caían en sus garras.
Fueron seis semanas el tiempo que tuvo que investigar la policía para detener a seis personas, que amenazaban a sus víctimas con quedarse con todo su patrimonio y lograr el control de todas sus voluntades con ayuda de “satan”.
Las victimas llegaban a estos extorsionadores por medio de avisos que estos publicaban en los medios de comunicación, como por ejemplo: Vidente, Profesor, Brujo Satán Espiritual, en los que prometían profesionalismo y seriedad para solucionar sus problemas de amores e incluso impotencia sexual, para esto los sometían a rituales relacionadas con la satanería.
Según la investigación, los detenidos trabajaban tanto las mentes de sus víctimas con estos rituales, incluso en algunos accedían a vender sus propiedades para entregarles el dinero; además los amenazaban con matar a sus familiares con ayuda del diablo.
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