El que fuera el temido dirigente del movimiento racista de la supremacía blanca en la Sudáfrica ha vuelto, Eugene Terre Blanche, nuevamente reaparece ante sus 300 partidarios de Ventersdorp, una pequeña localidad agrícola en decadencia de la árida meseta esteparia sudafricana.
"Ya es hora de dejar el miedo atrás. Ha llegado el momento de que todos los afrikaners auténticos se apoyen los unos a los otros y peleen hasta el final, cueste lo que cueste". . Está menos exaltado y más comedido que en sus tiempos de mayor gloria, en los años 80, pero su mensaje no ha cambiado en lo fundamental. Les dice que está dando respuesta al llamamiento de los 'boers' -agricultores- y está revitalizando el Movimiento de Resistencia Afrikaner (AWB), de tendencia nazi. El objetivo es salvar a los blancos de la opresión del partido de los negros, el Congreso Nacional Africano (CNA).
"Nuestro país está gobernado por delincuentes que asesinan y roban. No había otra tierra mejor que ésta y ellos la están arruinando», gritaba Terre Blanche en Ventersdorp de 68 años, quien en el 2004 salió de prisión tras cumplir una condena de seis años por agredir en una gasolinera a un empleado de raza negra y por intento de asesinato de un guardia de seguridad. Ahora asegura que el AWB pretende seguir una vía legítima hacia la independencia y que no está haciendo ningún llamamiento a la lucha armada. Al menos, de momento.
"Ya es hora de dejar el miedo atrás. Ha llegado el momento de que todos los afrikaners auténticos se apoyen los unos a los otros y peleen hasta el final, cueste lo que cueste". . Está menos exaltado y más comedido que en sus tiempos de mayor gloria, en los años 80, pero su mensaje no ha cambiado en lo fundamental. Les dice que está dando respuesta al llamamiento de los 'boers' -agricultores- y está revitalizando el Movimiento de Resistencia Afrikaner (AWB), de tendencia nazi. El objetivo es salvar a los blancos de la opresión del partido de los negros, el Congreso Nacional Africano (CNA).
"Nuestro país está gobernado por delincuentes que asesinan y roban. No había otra tierra mejor que ésta y ellos la están arruinando», gritaba Terre Blanche en Ventersdorp de 68 años, quien en el 2004 salió de prisión tras cumplir una condena de seis años por agredir en una gasolinera a un empleado de raza negra y por intento de asesinato de un guardia de seguridad. Ahora asegura que el AWB pretende seguir una vía legítima hacia la independencia y que no está haciendo ningún llamamiento a la lucha armada. Al menos, de momento.
Al término del mitin de Ventersdorp, los organizadores procedieron a interpretar el antiguo himno nacional del país: 'La llamada de Sudáfrica'.
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